Hace tiempo que es posible usar una tableta como reemplazo de una notebook convencional: para una parte significativa de los usuarios, las tareas que se pueden hacer en una computadora portátil convencional con Windows o macOS también se pueden resolver, sin mayores inconvenientes, en una tableta con Android o iPadOS. Y no se trata de navegar por internet, ver el correo electrónico o editar un documento sencillo. Salvo para algunas tareas muy específicas, ya casi no quedan zonas que estén vedadas a las tabletas, cortesía del avance, en los últimos años, de algunos elementos fundamentales. Uno, del navegador Web, cada día más poderoso y similar en capacidad al que corre en una computadora convencional (de hecho, la mayoría de las herramientas usamos en una PC o Mac tienen una versión online), ayudado por procesadores que cada día tienen mayor potencia.